Banquet ofert per l'Ajuntament del Masnou a Eduardo Vincenti, diputat gallec, i altres gallecs de Barcelona, durant l'Exposició Universal de Barcelona, pel seu suport a un masnoví a crear una fàbrica de cordes a la Corunya. El banquet es fa a l'hotel Miramar.
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Por esta vez han sido gallegos los héroes del banqueteo. Tras de Cánovas y Castelar, y tras de cuantos personajes mas ó menos políticos han acudido á visitar la Exposición, ha tocado el turno á un joven diputado, tal vez el mas simpático en la llevada y traida clase de yernos.
El hijo político de Montero Ríos ha sido obsequiado por el Ayuntamiento del Masnou con un espléndido banquete, al que han sido convidados muchos de los gallegos que accidentalmente se encontraban en Barcelona. Seguramente que los lectores de El Principado se preguntarán qué tienen de común los vecinos del Masnou con el diputado gallego; y nada tiene de particular cuando muchos de los invitados se han hecho la misma pregunta, y esta humilde servidora de Vdes. ha puesto en tortura su magín para sacar una lógica consecuencia.
Dos expositores, gallegos ellos, laureados ellos, ricos ellos,... y teniente alcalde de la villa y Corte uno de ellos: se encontraron en la Rambla del Centro una hora antes de la celebración del banquete.
—Adios, Benigno,
—Adios, Venancio
—¿Vas á Miramar?
—Si. ¿Y tú?
—También
—¿Y sabes á lo que vamos?
—A comer
—¿Pero sabes por qué nos convidan?
—Por que somos gallegos de circunstancias, aunque nos esté bien el decirlo.
—¿Hombre no seas chocolatero, digo no seas guasón. Vamos á ver, sabes tú por que somos nosotros comensales en un almuerzo dado por los del Masnou?
—Porque ese almuerzo es en obsequio á Vincenti, y Vincenti ademas de ser yerno de D. Eugenio, es gallego como nosotros.
—Luego nosotros vamos á Miramar sin saber á lo que vamos?
—Hombre, sí que lo sabemos: vamos á comer, y á decir que los hijos de Galicia y los hijos del Masnou son personas muy decentes.
—¿Pero hablaremos?
—Ya lo creo
—¿Y qué diremos, Venancio?
—Cualquier cosa. Benigno.
—¿Sabes tú algo referente al Masnou?
—Pues sé que es un pueblo de pesca, y me parece que de alli salieron las carabelas que llevó Moctezuma para conquistar la Polinesia (Histórico).
—Quiá! mas bien creo que del Masnou salieron las primeras galeras aceleradas para Mahón.
No pude oir mas á los interlocutores porque soltaron ambos la carcajada; subieron en una manuela y dijeron: ¡á Miramar!.
El jamelgo arrancó despues de haber sentido el látigo sobre el teclado de sus lomos y yo me quedé boquiabierta discurriendo sobre el origen de un tan señalado obsequio hecho al diputado gallego por los habitantes del Masnou.
Pues señor, parece que un hijo del Masnou, y perdonen ustedes las repeticiones, concibió el proyecto de montar en la Coruña una fábrica de cuerdas, cordeles, ó algo parecido; carecía de recursos, comunicó á Vincenti su idea, le prestó su apoyo con alma y vida el futuro director de comunicaciones, se interesó también el papá suegro, y se colocaron las acciones de una industria, que floreciente hoy, da de comer á muchas familias, hijas del Masnou en su mayor parte.
Hé ahí explicada una cosa de que nadie acertaba á darse cuenta.
El Ayuntamiento del pueblo, en masa, acompañado de muchos vecinos, ha venido á Barcelona para obsequiar al joven entusiasta que supo comprender la importancia de una industria que ha llevado á Galicia muchos obreros catalanes.
De todos los banquetes perpetrados desde que se inauguró la Exposición, éste es el que encuentro más simpático y más expontáneo.
Excuso decir que hubo brindis.
Vincenti es orador y por consiguiente habló bien: bebió por el Alcalde de Barcelona, por el integérrimo Rius y Taulet, encarnación viva é irrebatible del «querer es poder.»
Hablaron también los interlocutores de la Rambla, los conocidos y muy apreciables industriales de Madrid, D. Benigno Soto y don Venancio Vazquez.
El primero nos ha probado que sirve para algo más que para fabricar pasamanería riquísima, ha revelado que tiene el don de la palabra, ese don que la divinidad reparte entre muchos y que solo unos pocos se envanecen de poseer.
Don Benigno Soto es el primer fabricante pasamanero que hay en España: el jurado de la Exposición universal ha premiado sus desvelos con una medalla de oro ganada en buena lid por sus trabajos extraordinariamente ricos; pero este industrial, que según confesión propia, no siente orgullo sino cuando se ve rodeado de sus ciento treinta operarios, que como á padre le quieren y le respetan, pudiera hacer versos y novelos, lo mismo que hace grecas, flecos, borlones y tiradores: ha nacido artista, y por eso ha elevado hasta las esferas del arte la industria pasamanera. Cuando Dios reparte sus dones á un gallego nada le deja que desear y para que no faltáre cosa alguna al afortunado señor Soto, también le ha concedido una esposa bella, elegante, inteligente y buena, digna de compartir con él los lauros del triunfo.
Habló en el banquete de Miramar y habló bien, sin esfuerzo de ninguna clase; hizo alarde de su neutralidad política y declaró que como elector votaba siempre con los más liberales, pero que industrial ante todo, creía que no debía salir de su esfera ambicionando ocupar huecos políticos.
Como aludido por estas palabras, se levantó el simpático teniente alcalde madrileño Venancio Vazquez, inventor de los cigarrillos de chocolate, de los fosforitos de menta y de otros excesos infantiles: también se declaró industrial antes que político, pero el recuerdo de Abascal y Carredano embargaba sus facultades chocolateras, y resultaba el soconusco muy supeditado á la política.
Sus excelentes chocolates han obtenido también medalla de oro, pero sus discursos políticos están fuera de concurso.
Los aficionados al queso de Cabrales han triunfado en toda la línea; el jurado los ha encontrado superiores y los ha premiado, así como las mantequillas de Onís de la fábrica La Covadonga, propiedad de D. Miguel Gonzalez Posada, que han obtenido medalla de oro: también la han obtenido de plata las de la fábrica de Gil de Gijón.
Como asturiana me envanezco de los triunfos alcanzados por mis paisanos y los hago mios con el mayor entusiasmo felicitando cordialmente á los expositores de esa querida provincia.
Eva Canel.
Barcelona 7 Noviembre de 1888.
FONT:
"El Principado", periódico liberal. Oviedo, 14 de novembre de 1888. Disponible a:
https://hemerotecadigital.bne.es/hd/ca/viewer?id=a656cb2e-243f-4bb9-9784-68b6210485a0&page=2